LA FAMILIA, NÚCLEO FORMADOR DE VALORES
La familia es el verdadero núcleo formador del hombre en la sociedad contemporánea. Es allí donde se asimilan los valores o los anti valores que prevalecerán en la persona en su vida de adulto, y este aprendizaje se adquiere de diversas maneras, siendo más formador el ejemplo mismo que la palabra emitida.
Es la forma de ser de los adultos, sobre todo la de sus padres o tutores, la que le enseña las conductas, las actitudes y los comportamientos. La vida familiar sigue siendo un valor fundamental, es algo que nos identifica y nos marca hacia un futuro, por lo que es importante asumir la responsabilidad de ser padres, y tener claro el alcance que pueden tener nuestras decisiones y acciones en el futuro de los hijos. Por lo tanto, es fundamental aclarar que ser buenos padres no es ser cumplidores con las obligaciones, que hoy en día se han convertido en la prioridad de la responsabilidad familiar, siendo una postura equivoca: “A mi hijo no le falta nada”, “Tiene todo lo que yo no tuve”. Para todo padre es claro, al menos en su discurso, que esperan que sus hijos sean gente de bien en un futuro, pero vale la pena preguntarse: ¿Qué entienden los padres por ser gente de bien? Estamos inmersos en una sociedad nueva llena de banalidades, confundida e impregnada de términos ambiguos que llenan pero que dejan vacíos en el ser humano.
Alguna vez leí una frase sin recordar su autor, que decía: “Hoy en día existen más niños huérfanos de padres vivos que de padres muertos”. Suena duro, pero tiene una gran profundidad. Si miramos a nuestro alrededor vemos cantidad de niños rodeados de muchas cosas: comodidades, la mejor escuela, condiciones privilegiadas, ropa de marca y más, con una privación muy grande de tiempo y cariño, y aunque algunos psicólogos se han atrevido a afirmar que lo importante no es la cantidad de tiempo sino la calidad en el poco tiempo concedido es mejor, la calidad en el poco tiempo concedido es mejor, y difícil de contradecir, porque si se da más cantidad de buena calidad, agrega y nunca será perjudicial. Más aún muchos de estos padres trabajadores, algunos por absoluta necesidad, y otros por una simple competencia social de interdependencia como pareja, de no sumisión, de seguir los estándares sociales y más, el tiempo no dado a sus hijos, lo compensan con cosas materiales, en pocas palabras, con dinero. El tiempo no concedido y el estar en el momento que los hijos los necesitan, lo pagan.
Es corriente
encontrar niños que tienen mucho en cuanto a cosas, pero poco afecto, o
posiblemente mucho afecto ya que es difícil de cuantificar la cantidad de
afecto, pero si poco tiempo presencial de sus padres, poco tiempo para compartir,
para jugar, para acariciar, para contemplar o simplemente para hacerlo sentir
bien cuando tiene un dolor, cuando tiene miedo o cuando siente que algo no le
sale bien.
Uno de las principales aspectos afectados en los niños llega a ser en unos la autoestima, en algunos la agresividad y en otros inclusive un mutismo extraño. Muchos niños de padres altamente ocupados pasan más tiempo con sus “Nanas” o “solos”. Estos niños que pasan más tiempo con sus Nanas están recibiendo los principios formadores a partir de ellas, es decir, la cultura de la Nana o Niñera es la que va prevaleciendo en la formación del niño, más que la de sus propios padres ya que comparten poco tiempo con ellos. Y si es el caso de estar solos reciben las enseñanzas del televisor, del internet, de los amigos y de la calle. De sus padres reciben lo que ven: el dar es más importante que el tiempo; un alejamiento de padre e hijo que los lleva fácilmente al desprendimiento; inclusive, actos que les indican que hay cosas más prioritarias que un beso, una caricia o acompañar a un ser querido, como por ejemplo: Una cita de negocios, un viaje de negocios, una reunión con vecinos, un trabajo nocturno, etc.; y en general las actitudes, los comportamientos ausentes de los padres, sus desequilibradas e inoportunas contestaciones, y otras tantas acciones y palabras, pasan a ser para ellos principios formadores de sus valores.
Para poder orientar a los hijos para que sean lo mejor, es el padre quien tiene que ser el mejor, pues ellos aprenden con el ejemplo, ellos copian lo que son sus padres. Si los padres están enmarcados en esos falsos entendidos de la exitología moderna, que indican que una persona de éxito es quien tiene mucho dinero, vive cómodo, tiene poder, tiene un buen cargo y ostenta de una cantidad de símbolos sociales que le diferencian de las clases populares, se encuentran mal enfocados, y eso hacen muchos padres; sin decir que eso no es importante, pero hay cosas que deben primar en el ser como: Ser decente, honesto, honrado, alegre, solidario, amable, recto, justo y tener una serie de valores que hagan que esa persona el día de mañana se comporte bien, no se involucre en actos delictivos, inmorales, desleales, corruptos y esa otra serie de anti valores que algunos aplauden y manifiestan frases tales como que eso es ser vivo, que adoptarlos es ser realistas, es saber vivir, es estar a la moda o que es normal.
Es común ver como algunos padres lloran a sus hijos y se preguntan: ¿De dónde salió con esas mañas? Es lamentable que eso no lo hubiera pensado en el momento que se las enseñó creyendo que eso no era importante: Cuando un chico llega golpeado a la casa, muchos padres les dicen “No se deje de nadie”, en vez de indicarles que no le siga el juego al pleito; cuando reciben un cambio mayor al que debe ser (al comprar o pagar algo) y dice “Yo no me la robé, él se equivocó, que ponga cuidado la próxima vez”, en vez de decir yo no puedo aprovecharme de una equivocación del otro; o cuando para hacer un negocio le pidieron una comisión o soborno y manifestaba delante de sus hijos: “Así es la vida de los negocios”, en vez de decir, la ética no se negocia; y como esos, otros tantos.
En esto radica que es la familia el verdadero núcleo formador, es la familia la responsable de lo que serán los hijos ante el mundo de mañana, y dentro de la familia se educan a los hombres rectos que le servirán a su semejantes, a la patria y a Dios, o los que estarán haciendo el futuro daño, y la culpa es de los padres. Decir que son los amigos es la salida más fácil, pues si un niño tiene unos valores sólidos, por oportunidades negativas que se le presenten en la vida, el decidirá lo correcto, si la formación en valores fue débil, confusa e inclusive orientada más a los anti valores, la influencia negativa lo seducirá fácilmente. La drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, la delincuencia y otra serie de conductas sociales que llevan a las personas a enfermarse o a deteriorarse a sí mismos o a sus semejantes, pueden tener foco en la falta de atención básica en familia, en una carencia de formación en valores, en una ausencia de ejemplos buenos, acompañados por reglas y disciplina.
Actividades a realizar:
Resuelve las siguientes preguntas o ejercicios en el cuaderno y envíalos al correo carlos.sanchez.a58@gmail.com; recordando que al enviar la respuesta de la actividad, deberás nombrarlo iniciando con el nombre de la materia, nombre del tema, nombre del alumno y grado.
1. Realiza una primera lectura individual del texto anterior y posteriormente, invita a alguien de tu familia a leerlo nuevamente contigo.
2. En compañía de tu
familiar, reflexiona acerca de la idea principal del texto y escribe dos
conclusiones.
3. Aparentemente todo padre desea lo mejor para sus hijos, pero ¿Qué es lo mejor?
4. Como hijo: ¿qué
actitud tienes cuando te corrigen los padres?
5. Haz un dibujo que
represente tu familia y sus valores; posteriormente, colócale una frase que los
identifique como familia
6. Busca el artículo
42 de la Constitución Política, transcríbelo y haz un comentario sobre el mismo
7. ¿Qué aprendizaje
haz tenido durante este tiempo de cuarentena a nivel de familia?
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